
Dedica unos momentos a observar el arte que has recopilado. ¿Qué parte de ti representa cada pieza? ¿Te gusta lo que ves?
Los colores y las imágenes de tu arte reflejan aspectos de ti mismo que te pueden animar o hundir. Idealmente, tus obras de arte deberían plasmar sentimientos positivos y actuar como una reafirmación ambiental en tu casa.
Dado que nuestro entorno habla de nosotros tenemos que tener en cuenta las siguientes premisas:
- Tenemos que tener imágenes que realmente nos guste o que transmitan aquello que queremos conseguir
- No dejarnos llevar por que la pieza es de algún artista famoso si realmente no cumple el apartado anterior.
- Eliminar piezas heredadas o regaladas que nos trae malos recuerdos o guardamos por no hacer un desaire a esa persona.
- Que no representen violencia, miedo, melancolía…
y recuerda que…
Siempre hay en la casa o lugar de trabajo un lugar más apropiado para cada pieza en función de su significado, color o material. En estos casos un consultor de Feng shui puede realizar un asesoramiento adecuado.